MUERE ROBERT REDFORD, UN ÍCONO DEL CINE
El actor Robert Redford, conocido por sus papeles en más de 80 películas, falleció a los 89 años en su hogar en Utah el 16 de septiembre. Su legado abarca desde su trabajo en la actuación hasta su influencia en el cine independiente, marcado especialmente por la creación de su festival de cine.
UN INICIÓN DIFÍCIL EN LA EDUCACIÓN
Redford tuvo una infancia que no fue fácil, especialmente en términos académicos. Recordaba sus días de estudiante en Los Ángeles como momentos en los que prefería dibujar y mirar por la ventana en lugar de concentrarse en las lecciones. En una entrevista en 2013, compartió: “No estaba aprendiendo la forma en que debería aprender”. Esta búsqueda de conocimiento lo llevó a explorar el mundo y experimentar distintas culturas, algo fundamental en su vida.
EL CAMINO HACIA HOLLYWOOD
Después de su paso por la universidad, donde encontró una profunda conexión con la naturaleza, Redford comenzó a abrirse camino en la industria cinematográfica. Su gran oportunidad llegó en 1969 con “Butch Cassidy and the Sundance Kid”, un éxito que estrechó su lazo con Paul Newman, quien lo apoyó en el proceso de selección para el papel. Es interesante notar que los estudios inicialmente no querían a Redford debido a su falta de fama en ese momento.
UNA CARERA ESTELAR Y SU TRANSICIÓN A LA DIRECCIÓN
Con películas destacadas como “El Golpe”, “Todos los Hombres del Presidente” y “El Natural”, Redford construyó una carrera impresionante. Sin embargo, en 1980 decidió cambiar su enfoque y convertirse en director. Consideraba que había una conexión más profunda con este rol, ya que podía contar historias a través de su visión artística.
En 1981, fundó el Instituto Sundance, una organización sin fines de lucro dedicada a fomentar el cine independiente. Redford quería crear un espacio donde los cineastas pudieran desarrollarse y mostrar sus trabajos de forma auténtica, alejándose de las estrictas exigencias del mercado comercial. Esta iniciativa ha permitido que numerosos cineastas emergentes presenten sus proyectos, convirtiendo al festival de Sundance en un referente en la industria. Su meta era proporcionar un ambiente donde las historias pudieran florecer sin los obstáculos de la comercialización.
EL IMPACTO DE SU LEGADO
Durante su carrera, Redford reflexionó sobre cómo la fama lo había moldeado, especialmente la percepción de que era solo un actor atractivo. “La noción es que no eres tanto un actor, eres bueno que se ve bien”, dijo, reconociendo la lucha entre su identidad como artista y la imagen superficial que a menudo le asignaban.
Su trabajo como director se destacó durante la película “The Horse Whisperer”, donde combinó su experiencia como actor con la dirección, navegando entre el deseo de contar historias y la presión de la industria. Redford disfrutó este proceso, a pesar de las dificultades que enfrentó al tener que evaluar su trabajo constantemente.
REFLEXIONES SOBRE LA VIDA Y EL CINE
El actor también expresó su deseo de encontrar un balance entre su vida personal y profesional. Pasaba sus descansos en la naturaleza, subrayando la importancia de desconectar y no dejar que su trabajo lo abrumara. En su opinión, una vez que una película se entrega al público, ya no le pertenece.
A lo largo de su vida, Redford mostró un fuerte deseo por la libertad creativa, inspirándose en la vida de músicos de jazz y poetas. Su enfoque siempre fue buscar experiencias auténticas, lo que le permitió dejar una impresión duradera en la comunidad cinematográfica.
El legado de Robert Redford va más allá de su increíble filmografía. Redford es recordado no solo como un talentoso actor y director, sino también como un pionero en el apoyo al cine independiente, asegurando que nuevas voces y visiones continúen siendo escuchadas en la industria.
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