El 1 de mayo, mientras el paĆs descansaba en sus vacaciones, en una casa de Salta, el dĆa estaba teƱido de blanco, amarillo y rosa. No habĆa espacio para alquiler de lujo o catering: Isabel Macedo y Juan Manuel Urtubey decidieron abrir su casa para celebrar los siete aƱos de Belita, la hija mayor, en una fiesta que parecĆa tomada de un cuento de hadas moderno. O mĆ”s bien, en una serie.
El eslogan estaba claro: todo tuvo que girar en torno a Margarita, el spin-off de la flor que Macedo protagonizó en 2024 y marcó no solo su regreso a la pantalla sino tambiĆ©n al corazón de su pequeƱa niƱa. “Es lo que mĆ”s le gusta en el mundo”, confesó Isabel con una risa. Y si se muestra: el jardĆn familiar se ha convertido en un conjunto vivo de la serie, con margaritas en todas partes, maquillaje artĆstico inflable e incluso mĆ”scaras con la cara de Mora Bianchi, la joven actriz que interpreta a la margarita en la ficción.
Ya no era una producción. Era un trabajo artesanal, tela con dedicación materna. Isabel, acompaƱado por Juana Urtubey, el anciano infló globos del ex gobernador, preparó, preparó guirnaldas, eligió flores. Cada detalle estaba impregnado de afecto. “Todo tiene que tener el alma de Belita”, habrĆa dicho Isabel mientras establecĆa la dulce mesa: chocolate casero, pasteles de frutas rojas, leche de leche, pastelitos y dulzura sin TACC para que ninguna amiga de su hija estĆ© fuera del sueƱo.
A pesar del frĆo del otoƱo, la casa de la casa se convirtió en un epicentro de la celebración. Los invitados, familiares y amigos de la niƱa, fueron recibidos entre margaritas pintadas en su rostro, brillo en las mejillas y un plato ilustrado tomado del vestuario de margarita. La canción de la serie parecĆa suave, como un eco que involucraba el aire de la celebración.
Pero hubo un detalle que hizo que todos suspinaran: el aspecto de las hermanas. Belita llevaba un vestido tejido, tambiĆ©n conocido como “Nido de abejas”, un atuendo romĆ”ntico hecho a mano que se refiere a la infancia en otros momentos. Su hermana Julia usó un igual. “Son dos margarinas vivas”, dijo un invitado. Este estilo nostĆ”lgico, rescatado del pasado y tendió en 2025, reforzó la estĆ©tica floral, antigua y femenina de la fiesta.
Al soplar las velas, todo se detuvo. Rodeado de margaritas de papel, amigos que la abrazaron, y los ojos emocionados de sus padres, Belita cerró los ojos y pidió tres deseos. Su madre la miró con orgullo, tal vez recordando sus propias tardes en “Margarita”, y cómo esta ficción se volvió inesperadamente en el mundo mĆ”gico de su hija.
Urtubey, generalmente severo y protocolo, era parte del juego. Terminó con margaritas pintadas en la cara, entregada al universo de los niƱos que lo involucraron. Las risas mezcladas con el perfume de la flor. Era un cumpleaƱos, sĆ, pero tambiĆ©n una celebración Ćntima del vĆnculo, los lazos familiares, la dedicación del amor.
En la foto de la publicación, la familia estĆ” relajada, abrazada, todavĆa envuelta en el aura mĆ”gica que dejó la celebración. Belita, con su camisa rosa y una sonrisa serena, lleva en la frente una margarita diseƱada que resume el espĆritu del dĆa. Su hermana pequeƱa, a su lado, confĆa naturalmente, mientras que los adultos, tambiĆ©n con flores pintadas, completan una escena Ćntima y brillante. Es la imagen de un momento que no necesita mĆ”s que un gesto, una apariencia y una lĆnea brillante para permanecer en la memoria.
En tiempos de partidos ostensibles y celebraciones subcontratadas, Maco optó por lo simple, lo emocional. Convirtió su casa en un escenario de televisión, su cocina en una panaderĆa y su corazón en el motor de un dĆa en que Belita recordarĆ” para siempre.