5 casas de artistas famosos que también son museos


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Pie de foto, La casa de Dalí en Portlligat. Información del artículo Autor, Beverley D'Silva Papel, BBC Culture

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Nos encanta echar un vistazo al interior de las casas y jardines de las celebridades. Y en el caso de los artistas, sus casas suelen ser obras de arte en sí mismas, un lienzo más grande o un patio de juegos donde trabajaron con sus materiales.

En muchas ocasiones, estas casas nos ofrecen una visión especial de la vida, la obra y la mente del artista.

Según Sam Lubell, autor de Life Meets Art: Inside the Homes of the World's Most Creative People: “Las casas sirven como reflectores de sus creadores”. “Son extensiones de personas. Es una colisión interesante: sus gustos y cómo viven… Es casi como otra biografía de ellos”.

Estas son algunas de las casas museo más reconocidas, desde Graceland, el parque infantil y lugar de descanso final de Elvis, la leyenda del rock, hasta la Casa Azul, donde nació, vivió, trabajó y murió la artista mexicana Frida Kahlo.

1. Casa y jardines de Claude Monet, Giverny, Francia

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Cada año, más de medio millón de visitantes llegan a Giverny, Normandía, donde el artista Claude Monet vivió durante 43 años, desde 1883 hasta su muerte en 1926.

Se puede ver el comedor del artista, donde grabados japoneses cuelgan de las paredes amarillas; la "pequeña habitación azul", repleta de cuadros (ahora reproducciones) de sus amigos Cézanne, Renoir y Signac; y la despensa donde se guardaba el té, el aceite de oliva y las especias.

Para muchos, el principal atractivo son los jardines, especialmente el "jardín del agua" donde Monet creó su serie Nenúfares: 250 pinturas realizadas entre 1840 y 1926, sus obras más famosas.

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Leyenda: Para muchos, el principal atractivo de la casa de Monet son los jardines, especialmente el "jardín acuático".

Monet era un jardinero apasionado. En 1893 cavó el primer estanque para el jardín acuático, instaló un puente japonés cubierto de glicinas y plantó bambú, sauces llorones y, por supuesto, los famosos nenúfares.

Él fue su inspiración durante más de 20 años. Géraldine Lefebvre, directora del Museo de Arte Moderno André Malraux, lo llama “una obra maestra del arte ambiental… Monet dio vida a su estanque y a sus nenúfares, creando incluso los matorrales más pequeños. Este jardín es quizás su mejor creación”.

2. Graceland de Elvis, Memphis, Tennessee, EE. UU.

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Con sus columnas corintias y arbustos topiarios, la fachada de Graceland tiene un atractivo estilo neocolonial.

Sin embargo, al entrar, es mejor ponerse gafas de sol para ver las “habitaciones temáticas extravagantes… aparatos, áreas de meditación esotérica, suntuosas alfombras peludas… muebles de pan de oro…”, como lo describe Architectural Digest.

La revista añade que se trata de "una de las casas más grandes de Estados Unidos".

Graceland fue, por supuesto, el hogar del gigante del rock Elvis Presley, quien la compró a los 22 años, cuando su carrera estaba en un ascenso meteórico. Fue su vivienda principal hasta que murió de un infarto en 1977.

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Subtítulo, The Jungle Room en Graceland, la mansión de Elvis.

Abierto al público desde hace 40 años, se puede visitar la Sala Jungle, con piso de césped artificial; un sofá de 4,50 m de largo; 88 monos de rey; autos y dos aviones en los que viajaba; y la cocina, insistió, siempre debe estar equipada con sándwiches de plátano frito y mantequilla de maní.

Elvis está enterrado en el Jardín de Meditación, con sus padres y su hija Lisa-Marie.

En su biografía de Elvis, Albert Goldman escribió que Graceland “parece sacada de algún burdel de principios de siglo”.

No se puede negar su perdurable popularidad y su estatus como símbolo del sueño americano.

3. Museo Frida Kahlo, Coyoacán, México

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Casa Azul fue el lugar de nacimiento de la artista más famosa de México, Frida Kahlo, y su hogar hasta su muerte en 1954.

Fue su casa conyugal con el pintor Diego Rivera, escenario de su relación apasionada y a menudo dolorosa.

Hoy está pintado con los colores vibrantes que amaban a Kahlo (azul cobalto, rosa salmón, verde brillante) y es museo desde 1958, como legado de los dos artistas.

Con un archivo de más de 45 mil piezas, 2 mil en exhibición permanente, presenta pinturas como Viva La Vida de Kahlo, arte popular, esculturas precolombinas, fotografías, libros y sus distintivos trajes y zapatos.

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Pie de foto, estudio de Frida Kahlo en Casa Azul.

El jardín es un escenario exótico de cactus, esqueletos de papel maché y una pirámide que Rivera diseñó combinando el arte moderno y precolombino.

Muletas, corsés y una silla de ruedas son tristes testimonios del accidente de tranvía que sufrió Kahlo a los 18 años, que cambió su vida e inspiró su trabajo.

En la cocina hay una receta de su mole y un cajón en forma de altar guarda una urna con sus cenizas, su lugar de descanso final.

4. Casa-Museo Salvador Dalí, Portlligat, España

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Cuando se trata de gigantes culturales, los locales suelen competir por ser el hogar "importante". El artista Salvador Dalí no es una excepción.

El Museo del Teatro Dalí en Figueres y el Castillo de Púbol, ambos en España, son sitios importantes, pero la casa que el propio Dalí construyó en Portlligat fue la única casa y estudio duradero que tuvo, dice Montse Aquer, coautora del documental de 2017 "The La vida secreta de Portlligat: la casa de Salvador Dalí".

Añade que estar allí significa "comprender profundamente a Dalí".

En 1930, el artista se instaló en una pequeña cabaña de pescadores en Portlligat. Amaba su luz, su paisaje y su aislamiento y lo consideraba el lugar ideal para trabajar.

Quería algo pequeño y “parecido a un útero”, pero, según le dice Aquer a la BBC, se expandió con los años hasta convertirse en “una verdadera estructura biológica… cada nuevo pulso en nuestra vida tenía su propia célula nueva”.

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Pie de foto, El panorama de la casa de Dalí incluye huevos gigantes que cuelgan del techo.

Con los paisajes circundantes de Cadaqués y el Cap de Creus, el lugar fue refugio de Dalí y su enigmática esposa y modelo, Gala, durante 50 años.

El panorama aquí incluye un huevo blanco gigante balanceándose sobre un techo de tejas rojas; estructuras que se dispersan con la perspectiva; y un osito de peluche gigante que también sirve como paragüero en el vestíbulo.

Como en los mejores sueños surrealistas, hay que esperar lo inesperado.

5. Casa Handel Hendrix, 25 Brook Street, Londres, Reino Unido

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A la entrada del número 25 de Brook Street hay una placa azul en la pared, porque el edificio entre las elegantes casas de Mayfair fue el hogar de dos de los mejores músicos que jamás hayan vivido en Londres.

La Casa Handel Hendrix se compone de dos residencias: 25 Brook Street, donde vivió el compositor barroco germano-británico George Frideric Handel; y un apartamento al lado, la casa del músico de rock estadounidense Jimi Hendrix.

Como dice el museo, estuvieron "separados por un muro y 200 años".

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Pie de foto, Una réplica de la habitación de Jimmy Hendrix en su casa museo en Brook Street.

Handel nació en 1685; Su genio musical lo llevó primero a Italia cuando tenía poco más de 20 años y luego a Londres en 1710.

Ya consolidado en la sociedad inglesa, en 1723 alquiló la casa del número 25 de Brook Street, que fue su residencia durante 36 años, hasta su muerte en 1759.

Hendrix, por su parte, nació en 1942 y llegó a Londres en 1966, alcanzando la fama en nueve meses, con dos sencillos (Hey Joe, Purple Haze) y un álbum debut (Are you Experienced?).

El guitarrista y cantante vivía en un apartamento en el número 23 de Brook Street desde 1968.

Al enterarse de que Handel vivía en la casa de al lado, compró copias de sus composiciones Mesías y Música del agua.

Es difícil imaginar una pareja musical más improbable.

Este artículo fue publicado en BBC Culture. Puedes leer la versión original en inglés aquí.

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abril 13, 2024
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