Cuando Terence Stamp, la estrella rebelde del cine de los 60, decidió dejar la actuación para unirse a un Ashram.


ASSATA SHAKUR: UNA FIGURA CONTRADICTORIA EN LA LUCHA POR LA LIBERTAD

Assata Shakur es conocida en Estados Unidos como una de las terroristas más buscadas del mundo, pero ella se describe a sí misma como una esclava fugitiva del siglo XX. Su historia es un reflejo del dolor y la lucha por la libertad en un contexto de opresión racial.

SU INFANCIA Y RADICALIZACIÓN

Nacida como JoAnne Deborah Byron en 1947, Assata creció en Queens, Nueva York, y pasó mucho tiempo en Wilmington, Carolina del Norte. Su crianza en familias que resistían la opresión racial le inculcó un sentido fuerte de orgullo y dignidad. En su autobiografía "Assata", Shakur relata cómo su familia le enseñó a mantenerse erguida y a no someterse ante los blancos. Esta mentalidad alimentó su activismo.

Durante los años 60 y 70, en medio del movimiento por los derechos civiles, Assata se unió al Partido Pantera Negra y luego al Ejército de Liberación Negra. Estos movimientos eran objeto de vigilancia intensa por parte del FBI, que llevaba a cabo operaciones ilegales para desmantelarlos. Shakur llegó a creer que una revolución armada era necesaria para cambiar el sistema opresor.

LA DURA REALIDAD DEL ACTIVISMO

Shakur fue acusada de múltiples delitos, incluyendo el asesinato de un oficial de policía en 1973. En un juicio en el que todos los miembros del jurado eran blancos, fue declarada culpable, aunque siempre mantuvo su inocencia. Durante su tiempo en prisión, se convirtió en madre de una niña a quien nombró Kakuya. Fue en ese contexto que Shakur tomó una decisión que cambiaría su vida: decidió que no podía criar a su hija y la entregó a su madre.

Después de un tiempo, en 1979, Shakur planeó su fuga de la prisión. Este acto audaz la llevó a renunciar a la posibilidad de reunirse con su hija y a abandonar su hogar para siempre.

EL ENCUENTRO CON KAKUYA Y SU VIDA EN CUBA

Tras su fuga, Assata se refugió en Cuba, donde recibió asilo como prisionera política. Kakuya, que había crecido creyendo que su madre estaba muerta, finalmente pudo comunicarse con ella. Sin embargo, su relación se vio afectada por el dolor de la separación, tanto de Assata como de Kakuya.

Con el tiempo, Kakuya se mudó a vivir con su madre en Cuba. La separación y el miedo a perderla de nuevo complicaron su relación. Aunque Shakur vivió libremente en Cuba durante años, la situación cambió cuando el FBI la declaró como terrorista nacional y comenzó a buscarla de nuevo.

EL LEGADO DE ASSATA SHAKUR

A lo largo de su vida, Assata ha sido una figura polarizadora. Por un lado, es vista como una heroína de la lucha por la igualdad racial; por otro, como una criminal en la lista de los más buscados. Su historia plantea preguntas sobre la lucha por la libertad y el sacrificio personal. A pesar de los costos que enfrentó, Shakur se mantuvo firme en su creencia de que la lucha por la justicia era necesaria.

A nivel más amplio, su vida resuena en muchas mujeres activistas que enfrentan la misma opresión. Según Angela Davis, una reconocida activista, el gobierno de EE. UU. reconoce el poder de las mujeres negras y su lucha, y la persecución de Shakur se puede ver como un intento de silenciar esa voz.

REFLEXIONES FINALES

La historia de Assata Shakur es un recordatorio de los altos costos que implica la lucha por la libertad. Su vida ha estado marcada por la resistencia y el amor hacia su hija, a quien nunca pudo criar de la manera en que deseaba. Assata Shakur, que se ve a sí misma como una esclava fugitiva, murió libre, aunque tuvo que cargar con muchas pérdidas.

Para saber más sobre historias de resistencia y activismo, sigue nuestra página en Facebook y visita NOTITEL. La historia de Assata es una parte importante del legado de lucha por justicia y dignidad en Estados Unidos y más allá.

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diciembre 17, 2025
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